Tengo hambre, te quiero dar una mordida.
Tengo sueño, voy a dormirte todo el día.
Estoy crudo, vas a martillarme la cabeza.
Tengo sed, voy a tomarte cual ser-besa.
Me da frío, voy a titiritarte, a temblarte.
Me da calor, todo el día a sudarte.
Me consume la hueva, vas a pesarme en el lomo.
Me pongo hiperactivo, voy a gritarte a plomo.
Quiero bailar, un, dos, tres. Te doy la vuelta.
Quiero ahogarme, voy a hundirme en tu alberca.
Pienso un poema, a escribirte con destreza,
Me queda quincena, comprarte una sorpresa.
No importa qué día sea,
a qué hora se me acabe la pila,
ni siquiera importa que me leas.
Yo te siento mía,
veniste a saldar mis cuentas,
a llevarte la melancolía.
Te doy mi Sabines, mi Bukowsky, mi Cortázar
te doy mi Bunbury, mi Caifanes, mi Guns n´roses,
te doy mi amuelto, mi guitarra, mis dolores,
te doy mi blanco, mi negro, mis colores,
te doy mis fichas, mis putas, mis juegos de azar.
Te entrego mis cataratas, mi tos cancerosa, mis lagunas mentales,
te entrego mi whiskey, mi pulque, mi cachaça;
te entrego mi coca, mi meta anfeta, mi mostaza,
te entrego, enteras, las 4 paredes, de mi, casa,
te entrego mi mano, mi consolador felpudo, mis agujeros sociales.
Te regalo mis poemas, mis cuentos, mis novelas,
te dono mi cobija, mi almohada, mi persiana,
te brindo mi pasaporte, mi licencia, mi visa cubana,
te regalo mis sueños de estar en la Habana,
la luz que quema de estas ocho velas.
Tú no me des nada,
amor,
nada espero;
eres dolor.
Tú no me des nada,
pena,
nada quiero;
eres ajena.
Tú no me des nada,
porque nada hace falta,
cuando duerme condenada
otra mano bajo tu falda.
Sí, también fue a principios de febrero
cuando entre ratas, entre alcantarillas,
te apareciste una noche, a hurtadillas,
debajo de mi cama en el loquero.
Me llevaste a tu casa por Potrero,
me quitaste, amorosa, las hebillas.
Gracias, dije, me puse de rodillas,
casi entre dientes ¡dijiste: te quiero!
Pasaron los años, me sentí cuerdo,
me alimentabas con atún y besos,
hasta que llamaste a los enfermeros.
Perdiste la cordura, pusiste el dedo.
Se me pudrieron otra vez los sesos,
al saber que fue por otro culero.