No necesitas a nadie que te quiera,
como yo te quiero.

No necesitas una madre que te quiera,
como yo te quiero.

No necesitas un pretexto, para quererte,
como yo te quiero.

No necesitas ser tan pequeño, ni tan grande,
para quererte como te quiero.

No necesitas título, ni tatuajes, para quererte,
perro como te quiero.

No debes bajar 100 kilos, ni chupar huevos.

No tiene que quedarte el pantalón,
ni el saco,
para quererte como te quiero.

No necesitas nada, amor mío,
para amarte como te amo.

Que te chupe un huevo, lo que digan.
TE QUIERO.

Tengo hambre, te quiero dar una mordida.
Tengo sueño, voy a dormirte todo el día.
Estoy crudo, vas a martillarme la cabeza.
Tengo sed, voy a tomarte cual ser-besa.

Me da frío, voy a titiritarte, a temblarte.
Me da calor, todo el día a sudarte.
Me consume la hueva, vas a pesarme en el lomo.
Me pongo hiperactivo, voy a gritarte a plomo.

Quiero bailar, un, dos, tres. Te doy la vuelta.
Quiero ahogarme, voy a hundirme en tu alberca.
Pienso un poema, a escribirte con destreza,
Me queda quincena, comprarte una sorpresa.

No importa qué día sea,
a qué hora se me acabe la pila,
ni siquiera importa que me leas.

Yo te siento mía,
veniste a saldar mis cuentas,
a llevarte la melancolía.

Aunque no (me) quieras.
(todavía)

Amor verdadero

Te doy mi Sabines, mi Bukowsky, mi Cortázar
te doy mi Bunbury, mi Caifanes, mi Guns n´roses,
te doy mi amuelto, mi guitarra, mis dolores,
te doy mi blanco, mi negro, mis colores,
te doy mis fichas, mis putas, mis juegos de azar.

Te entrego mis cataratas, mi tos cancerosa, mis lagunas mentales,
te entrego mi whiskey, mi pulque, mi cachaça;
te entrego mi coca, mi meta anfeta, mi mostaza,
te entrego, enteras, las 4 paredes, de mi, casa,
te entrego mi mano, mi consolador felpudo, mis agujeros sociales.

Te regalo mis poemas, mis cuentos, mis novelas,
te dono mi cobija, mi almohada, mi persiana,
te brindo mi pasaporte, mi licencia, mi visa cubana,
te regalo mis sueños de estar en la Habana,
la luz que quema de estas ocho velas.

Tú no me des nada,
amor,
nada espero;
eres dolor.

Tú no me des nada,
pena,
nada quiero;
eres ajena.

Tú no me des nada,
porque nada hace falta,
cuando duerme condenada
otra mano bajo tu falda.

Carta de presentación

No soy Dilan, ni Sabina, mucho menos Palomas,
cuando digo que canto, miento.

Aunque a veces, hasta con la mente escribo,
no soy el poeta en el que me he convertido.

A veces mi ronco hablar suena a mierda,
pero no me representa, ni me proyecta.

Ya me he rebelado contra el sistema,
siempre termino perdiendo, pero resisto.

Duermo solo, o eso me gusta decir,
casi siempre despierto abrazado de mis silencios.

Vivo, bebo, muero un poco a diario,
cargo mil demonios en el cuello como amuleto.

Tengo el ojo alegre y el corazón vacío,
que busca un cenzontle para capturarlo.

Cada cierto tiempo me sonrojo, aunque no se nota,
casi siempre por ojos cafés o cabellos chinos.

Siento cómo pasa el tiempo, no estoy cansado,
pero ya no pienso como antes pensaba, o más bien ya no puedo.

No digo nada, sudo mucho, cuando me siento apenado,
pero dentro retumba el grito de lo estoy ocultando.

Soy cabrón cuando quiero, tierno cuando puedo,
grosero cuando necesito y político cuando es necesario.

Hoy me dio por describirme, por no quedarme sentado,
esperando a que me pruebes y me descubras.

Hoy sé que muy pocas cosas realmente me asustan
una es estar enamorado, la otra, enamorarme de ti.

 

 

 

10 años

Sí, también fue a principios de febrero
cuando entre ratas, entre alcantarillas,
te apareciste una noche, a hurtadillas,
debajo de mi cama en el loquero.

Me llevaste a tu casa por Potrero,
me quitaste, amorosa, las hebillas.
Gracias, dije, me puse de rodillas,
casi entre dientes ¡dijiste: te quiero!

Pasaron los años, me sentí cuerdo,
me alimentabas con atún y besos,
hasta que llamaste a los enfermeros.

Perdiste la cordura, pusiste el dedo.
Se me pudrieron otra vez los sesos,
al saber que fue por otro culero.

Blue thuesday

Fue muy pronta mi pregunta
y más rápida la respuesta:
anómalo silencio de tu parte
a mi obsesión reptante.

Cuerno lila que ya no canta
en el amanecer del profeta,
nada sano para un demente
que cuando escribe miente.

Otra línea en mi prosa dolosa,
de nube gris a témpano,
fracaso premeditado, opus dei.

Epitafio de un amor muy rosa
que se murió temprano
en este blue thuesday.

El tapete

Desde el 19-S no había sentido
sacudida tan fuerte como ésta.
Casi eres la mujer perfecta
para este poeta adolorido.

Pienso: esto no tiene sentido,
me prometí no caer en la treta,
no existe el amor a primera vista,
mi lógica no lo tiene permitido.

Pero, un día de noviembre, llegaste,
y te me pegaste despacito
como canción de reggaetón.

Me moviste denso el tapete,
mujer has cometido el delito
de nublarme la razón.

Remolino

Tenía soles rojos naturales
y medias lunas grises de trasnoche,
senderos de color ocre y azabache;
miedos, fobias: cascadas a raudales.

Rara mezcla de racional-berrinche,
mi tormenta de lluvias torrenciales.
Su norte con auroras boreales
adorno de extravagantes fetiches.

Fueron tantas hojas secas de otoño,
transformadas pronto en copos de nieve
sobre las copas de todos sus pinos.

Treinta y tres estaciones en un año
que se han llevado consigo la fiebre,
tu puta tempestad cual remolinos.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑